lunes, 26 de marzo de 2012

viernes, 2 de marzo de 2012

Zanto, Lejos del ser y durar

El Parkour, muchos entramos en sus filas porque entendimos

que esta bella práctica era capaz de llevar al hombre más allá de sus limitaciones físicas y mentales, y al mismo tiempo cultivar en cada uno ciertos valores como la disciplina, la paciencia, la perseverancia, el compañerismo y el altruismo, entre otros. Esa mezcla de arte, deporte, filosofía y estilo de vida nos cautivó. Entrenábamos inspirados en grandes practicantes y grupos de aquel entonces: David Belle, los Yamakasi, el Team Traceur, y demás personas que tenían claro que para Ser y durar era necesario forjar antes que nada un cuerpo fuerte, una mente fuerte y un espíritu fuerte, esos eran los ideales de antaño y nos sentíamos orgullosos de hablar a los demás sobre lo que hacíamos, no dudábamos al decir la palabra Parkour.


Hoy en día, las nuevas generaciones se integran bajo nuevas ideologías: "parkour, freerun, add, el nombre no importa", "solo me muevo y lo disfruto" "soy libre y sigo mi propio camino" con un desinterés casi absoluto por los orígenes y desconociendo que muchos practicantes antes que ellos y en todo el mundo, lucharon porque esta práctica no fuera malinterpretada, por la tolerancia y el respeto, para que hoy cualquier persona pueda entrenar en su ciudad y la sociedad ya tenga un referente, ya sea por los medios de comunicación, el cine o la publicidad. Pero esto no hubiera sido posible sin un nombre y una identidad.



El Neo-parkour, si me permiten el término, empieza a aparecer como cualquier otro deporte de ocio, como el skateboard, cuyo único sentido es hacer las cosas por pura diversión, lejos de aquellos ideales que buscaban crear seres humanos más completos y dispuestos a servir. Hoy pocos se entrenan, pero muchos dicen practicar, pocos cultivan su cuerpo pero muchos acumulan lesiones, pocos buscan la perfección pero muchos coleccionan todos los movimientos que puedan aprender a hacer en el menor tiempo posible, pocos aguardan con paciencia a estar listos y muchos se lanzan irracionalmente contra los muros y contra el suelo. Pocos recorren… muchos solo rebotan.



Ahora se mide el nivel de alguien por sus movimientos espectaculares y no por su naturalidad, fluidez y técnica, y mucho menos se valora la eficacia de los movimientos. Ya no se valora el espíritu ni el corazón del practicante sino solo sus habilidades, y así muchas personas con habilidades increíbles de atletismo y gimnasia han llevado al Parkour a otro nivel, uno donde se abren nuevas posibilidades pero que también al ser entendido bajo estas nuevas premisas, se aleja de los principios básicos. Por otra parte “moverse” es un concepto tan amplio que si seguimos aceptándolo no tendremos por que discutir cuando alguien nos diga que bailar tango en el tejado es lo mismo que Parkour, y al no usar un nombre propio, sea el que sea, es posible que volvamos a aquella época en que nos relacionaban mas con ladrones y personas de mal que con ATLETAS. deporte de ocio, como el skateboard, cuyo único sentido es hacer las cosas por pura diversión, lejos de aquellos ideales que buscaban crear seres humanos más completos y dispuestos a servir. Hoy pocos se entrenan, pero muchos dicen practicar, pocos cultivan su cuerpo pero muchos acumulan lesiones, pocos buscan la perfección pero muchos coleccionan todos los movimientos que puedan aprender a hacer en el menor tiempo posible, pocos aguardan con paciencia a estar listos y muchos se lanzan irracionalmente contra los muros y contra el suelo. Pocos recorren… muchos solo rebotan.